Más sobre las mujeres Live Coders en México

Más sobre las mujeres Live Coders en México.

por Ana Ofelia Negrete Fernández

El pasado 23 de julio de 2019, fui invitada a participar a un conversatorio titulado: “Género, software y programación al vuelo desde Latinoamérica en el Contexto de la Creación Artística.” Conformamos una mesa de varias mujeres que hacemos live coding; Marianne Teixido, Olivia Jack, Malitzin Cortés, Yotzin Querrá, Libertad Figueroa, Mitzi Olvera, Flor de Fuego, Liliana Alvarado e Irene Soria como moderadora.

Muy suertuda fui de ser vista conversando al lado de chicas que llevan más tiempo que yo haciendo live coding, y que tienen buenos proyectos. Tomé el taller, esa misma semana, de Hydra, el software que desarrolló Olivia; es fácil aprender a usarlo de manera online o localmente. Hydra tiene conexión con otros lenguajes de live coding, como el mero mero que yo utilizo, TidalCycles. Fue la primera vez, de tantos intentos fallidos, distribuidos por lo menos en un plazo de tres años, que logré sincronizar unos visuales con Tidal, vía OSC.https://vimeo.com/351310041

Hydra es un software que Flor de Fuego y Malitzin (alias CNDSD) también usan. Aquí dejo un enlace del momento ocurrido en un Algorave reciente (en el Club Teminal Antisocial), en el que CNDSD y Olivia hicieron dueto.

Previo a la charla escuché música de las live coders con quienes platiqué, y vi el Vimeo de Marianne, que comprende varios videos que difieren en sus estéticas visuales (por ejemplo Orbit, comerciales, escenas periodísticas en un teatro, etc.), y fue tan rápido este encuentro, que lo dicho, además de los vínculos sociales creados, pueden fácilmente esfumarse pasado apenas un mes o dos.

En este texto rescato algunas citas y puntos que salieron a colación y añado unas reflexiones propias, tal vez corrigiendo aquello que quise decir, pero que me faltó ejemplificar.

Irene: “¿Por qué no ha habido grandes mujeres artistas?, dice Linda Nochtli. ¿Por qué no ha habido una Miguel Ángel, o una Beethoven?

Respuestas previas que varones dieron fueron: “Por que no quieren”. “Ahí está todo”. “Porque no tienen la sensibilidad suficiente”.

Emiliana: “Seguro sí las había pero no estaban visibilizadas, y esto abre una puerta a la discusión del capitalismo, patriarcado, y todo eso. La cuestión es más bien, ¿qué estrategias podemos implementar para que a futuro nosotras sí seamos visibilizadas? Que te avale una institución, generar un archivo; no sé cuáles son.”

Malitzin: “Sí las había, coincido. Las artistas de la Bauhaus eran tremendas, y sólo podían trabajar en textiles, porque el trabajo en metales, madera, y otros materiales era sólo para los hombres. ¿Qué no hubieran hecho ellas si hubieran tenido la posibilidad de estar al lado de los grandes diseñadores, como Walter Gropius, etc? Si la sociedad no se encarga de documentarnos, nosotras hay que documentarlo.”

Marianne: “Se documenta desde lo digital, académico, lo periodístico y político. Estar constantemente documentando. Aurora Reyes, Fanny Ravel fueron grandes artistas muralistas.”

Mi tardía contribución: “También pienso que hay y han habido mujeres que son (y fueron) grandes artistas. Escritoras hay mil. Músicos, igual. Sin meternos aún en detalles sobre las formas que el mundo masculino y femenino tienen en una generalidad. ¿Qué es ser un gran artista?, valga la pregunta”.
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Yo siempre conflictuada, u obsesionada sino, con los temas del género y la diversidad sexual. Lo mencioné cuando me preguntaron qué es lo que queríamos que otras personas supieran de cada una de nosotras, así como relacioné con lo mismo la pregunta de por qué no ha habido una Beethoven en la historia. Muchas mujeres se sienten impedidas de “algo” que encuentran en los hombres como una característica innata e imposible de que el género femenino pueda adquirirla; pero yo deseo que aquí se abra un acceso hacia los temas del autoconocimiento, la ciencia, el género o la diversidad sexual. Hay que buscar quién fue Emmy Noether, o qué es ser transgénero. Experimentar hasta dónde pueden llegar las capacidades físicas o mentales por sobre quien quiere impedir la expresión propia. Y no lo sé, después de eso siempre tendremos algún límite de habilidad.

Durante el conversatorio, nunca manifesté algún desacuerdo. Se habló de derribar las jerarquías y la competencia, pero eso es imposible, o se tienen que precisar muy específicamente los lugares en donde se aplican esos conceptos, ya que por naturaleza construimos pirámides, estructuras mentales o nos vamos forjando en la vida, de tal o cual modo, así como hay partículas atómicas, gente y sistema solar. Hay Olimpiadas y los participantes van por el oro. Competencias sexuales, alimenticias, monetarias, de popularidad, las encuentro día con día. Yo quiero saber ser competitiva y si lo ignoro, nunca ganaré nada.

Lo que sí me molesta es la falsa superioridad que generan ciertas jerarquías. Un humano no es menos humano que otro por tener menos dinero, o por ser mujer, o por no tener un grado de maestría; pero existe el doctor que así lo cree, así como el burgués que gusta reprimir.

Marianne: “Ofelia fue la primera chica que hizo Tidal en México y nadie documentó eso; nadie le tomó una foto.”

https://youtu.be/Xf_95V1NaKE%20

Ese 30 de julio de 2014, mi primo Emiliano Negrete sí tomó un video. Ni siquiera yo sabía lo que Marianne afirma, aunque no sé si importa mucho. Es posible que la mención me consiga un status. Una residencia en Cornwall o más promoción. Me estoy auto documentando.

Y lo dijo Mitzi: “No hay que escondernos porque eso es lo que tal vez va a ayudar a más mujeres”.

Aprendí a usar TidalCycles de manera autodidacta, sin ayuda de nadie en cuerpo presente, sin un equipo. Además es un software que fue realizado por Alex Mclean como proyecto de doctorado, por lo que le respalda una investigación musical y tecnológica, de tal modo que emplear TidalCycles como parte de un proyecto, significa estar desarrollando el estado actual de la ciencia o el arte (dependiendo de cómo se planteen los objetivos). Aprecio la idea de ser reconocida por este esfuerzo artístico que individualmente hice con el live coding y el poder llegar a conseguir un ambiente de creación apropiado, en el que no se desvirtúe la elección de mis herramientas de trabajo, mis bases teóricas, o los objetivos que persigo. Aquí dejo mi video más reciente, donde sobre un live coding hecho en TidalCycles, y habiéndome acompañado un guitarrista en la sesión de estudio, canté unos versos.

Aquí dejo mi video más reciente, donde sobre un live coding hecho en TidalCycles, y habiéndome acompañado un guitarrista en la sesión de estudio, canté unos versos.

A la fecha, a varias personas les ha interesado, como tópico serio de investigación, aprender a usar TidalCycles como un instrumento musical, o incorporar técnicas de live coding dentro de algún ensamble de música clásica, jazz, rock, etc. En esas mismas estoy yo. Mi reciente pieza, “You Better Have (Karaoke Mix)” fue cantada en vivo, utilizando una pista pregrabada; esta última fue realizada en un estudio profesional de grabación y en aquella ocasión invité a otro músico para que hiciésemos dueto; la improvisación de ambos se grabó directo hacia la consola (la mía consistió en utilizar TidalCycles) y posteriormente, él, Todd Clouser, complementó lo ya grabado con nuevas capas de guitarras. Él disfrutó lo “experimental de las percusiones”; así nombró al sonido que yo generé. Se dejó llevar por un sonido contemporáneo, aunque tampoco le puso tanta atención a los algoritmos per se. No sé qué tan bueno es eso, pero en principio se logró algo importante, que es respetar los diferentes lenguajes que cada quién aporta en la pieza musical.

En la plática hice una calurosa invitación a las presentes live coders para que se acercaran a las Facultas de Ciencias y soné tal vez ingenua al decir que amenizaran por propia iniciativa algún congreso de matemáticas (¡osea un poco de dignidad para los músicos por fas, profesores de la facultad, inviten a las live coders a abrir sus magnas ceremonias!), pues a algunos matemáticos les interesa la música, mientras que los más puristas sólo pueden tener ojos para las matemáticas más abstractas.

Recordemos el título de la plática: “Género, software y programación al vuelo desde Latinoamérica en el Contexto de la Creación Artística.”

Tal vez a propósito de este título, Irene Soria comentó: “Estamos en México, ¿cómo eso nos afecta?”

Creo que dado que vivimos en un país tercermundista, mucho se ignora el avance en computación e interdisciplina que han conseguido otros países como el Reino Unido, Austria o Noruega. Por ejemplo, “¿se puede establecer una relación entre ecuaciones diferenciales y música por ordenador?” Sí. Y pienso, ¿por qué no el interesado descarga el MiSCellaneus Lib v.0.22 (el add on de SuperCollider que Daniel Mayer desarrolla) y explora con esta tecnología de punta de código abierto esa relación? Muchas veces me ha pasado, debido a mi estatus académico de licenciatura, o debido a mi condición de mujer y a la rareza de mi tema de investigación, que el saber que poseo en cuestión de música y matemáticas es totalmente desvalorado.

Que porque el “mejor” software es Python, o que porque “yo sólo uso java y si queremos hacer un proyecto juntos, hay que elegir alguno de estos lenguajes, creando algo desde cero, que sea netamente de nuestra propiedad”. ¿Bueno, cuál es la necesidad de estar reinventando la rueda una y otra vez respecto a software de audio? Autores como Minsky, consideran que esto pasa mucho, y que es un error que impide el desarrollo científico. ¿Por qué no abrir los ojos a los modos de trabajar que se están adoptando en otros países, enterarnos del vasto avance que ha habido en torno a la música y matemáticas (el live coding ciertamente abarca esa temática) y entender que el conocimiento no está encerrado dentro de la institución mexicana a la que tú perteneces?

Ezra en el Club Terminal Antisocial el 27 de julio de 2019 (foto tomada por Marianne Teixido)

Para cerrar este texto, retomo otras anotaciones del conversatorio e invito al lector a que concluya con su opinión personal.

Irene: “¿Qué es lo que las mujeres hemos ganado?”

Malitzin: “Se ha ganado confianza entre mujeres. Yo puedo hacerlo”.

Ella parece referirse a un lapso de tiempo de muchos años en el que las mujeres han pasado sus fortalezas a otras y ahora muchas más mujeres se atreven a aprender y enseñar (código, entre otras cosas).

En mi interpretación cotidiana, creo que muchas mujeres competimos todo el tiempo, ponemos prejuicios de por medio, desde el aspecto físico, pasando por la cantidad de amigos, o amantes que tenemos, que no tienen nada que ver con la tarea técnica en mano. Tenemos esta tendencia a meter estas cosas como parámetros de creación, de elección en el quién es mejor. Y muchas veces está esta actitud de impedir visibilizar a la otra, porque “primero soy yo y yo quiero controlarlo todo, hasta lo que no se puede”.

Entonces en principio está la lucha contra el género opuesto, pero puede suceder que, porque “yo como mujer voy primero”, dé prioridad a mi compañero varón que personalmente me está ayudando con mi proyecto, y me olvide totalmente de visibilizar a mis compañeras de especialidad.

Y sí; a veces eso es la tarea de la otra mujer, no la mía. Me incluyo en el “yo, como el individuo que soy, voy primero”, pues si tengo una propuesta que dar al mundo, trabajaré en esta y la defenderé. Mi competencia pueden ser otras mujeres u hombres.

Ofelia: “Intentando verlo desde la esfera más política posible, las mujeres hemos ganado acceso a obtener puestos que antes nos eran impedidos. Como ser diputada o estudiar una ingeniería sin ser acosada al entrar a un edificio.”

Un comentario criticable. Olivia y Yotzin puntualizaron que mucho se afirma que en nuestra sociedad somos una comunidad super inclusiva, “pero la neta es que eso no pasa”.

Olivia: “Hay mucha conciencia de que hay un problema de la tecnología, que es: no es muy diversa en términos de quién lo está haciendo. Muchas de las empresas grandes de tecnología tienen muchas iniciativas de diversidad, de incluir a más mujeres y diversidad de varias formas. En algún momento es muy fácil enfocarse en la diversidad e inclusión sin necesariamente cuestionar más a fondo las prácticas de tecnología neoliberales que está generando todo eso.

Es muy fácil para google decir: “Ay mira, estamos incluyendo más mujeres”. Pero es mucho más difícil para google decir que estamos promoviendo algo que no es necesariamente bueno para mujeres.”

Ofelia: “Sí creo que hay una brecha de género pero es en las cosas más inmediatas.”

Una ocasión que recuerdo fue que busqué a un chavo para hacer equipo (en una clase de matemáticas de la universidad), para una tarea que había de entregarse por equipos. Es un tipo muy sagaz en matemáticas, realmente, quien “me aceptó” y nos repartimos los ejercicios. Luego accedió a que los comentáramos entre todo el equipo, pero a la mera hora sólo nos reunimos para volver a repartirnos los ejercicios, porque unos ya estaban hechos.
El día de la entrega, mi compañero estableció que ya teníamos todo; que ya no me preocupara por entregar mi parte de la tarea. ¡JA JA! Me quejé, y argumenté que me importaba entregar mi ejercicio, para obtener correcciones. Él ojeó mis pruebas, medio quiso entenderlas, pero el sabelotodo exclamó: “Está mal”.

“No está mal”, dije yo, pero ganó su intransigencia y para ello yo había solicitado que resolviéramos las cosas antes y en equipo.
Finalmente ellos entregaron lo suyo, sin mi nombre. Me arriesgué a que no me aceptaran la tarea, pero tuve el chance de entregarla individualmente. Y el evento se resume en un bullying del cual quien se percató, decidió que el asunto no era grave.

Ofelia: “Hay que poner el tema del género y la diversidad sexual en la mesa, para poder platicar algunas luchas; como una corriente tal vez, como lo es el feminismo, los livecoders, los LGBTIS, los queers. Varias de estas cosas pueden tener cosas en común, al igual que pueden llegar a tener objetivos distintos.”

Olivia: “Para mí es muy aliado hackear cosas muy estructurales, como tecnología, con hackear sistemas binarios de sociedad”. “A veces la misma división de una mesa de sólo mujeres, puede resultar muy binario y exclusivo.” “Hay muchas formas de ser mujer y muchas formas de ser no binarios.”

Esta revoltura de términos de actualidad, que hacen alusión a “la diversidad”. Algunos utilizan la no binareidad. Si no es eso, es ser LGBTTTIQ, o cis, y lo más loco es que el cis es “aquél que se identifica con su sexo biológico;” una muy sutil definición que alude a la existencia de una identidad de género y a su contraparte más explícita, la de ser transgénero. Si te clavas mucho, es probable que termines haciéndote varias cirugías.

Yotzin: “El acceso a la tecnología tiene mucho que ver con tu clase social. Hablando desde Yotzin, es una postura política: Entre mis quehaceres tecnológicos yo uso software libre. Me molesta la discriminación.”

Poco se habló sobre el software libre versus el software privado. No dio casi tiempo. Sólo nos enteramos de que la estadística para México es: Las mujeres que usan software privativo es de menos del 28% y las que usan software libre es apenas del 2%”.

Todas las expositoras que participamos en el conversatorio tenemos en común que usamos software libre, pero hay quienes únicamente usan software libre, y yo estoy de acuerdo con que el software privativo es para gente privilegiada.

Creo sin embargo, que mucha gente talentosa, que poca relación quiere mantener con un ordenador, o que se rige por ciertos estándares de software impuestos desde las instituciones y desde hace muchos años (por ejemplo, utilizar Sibelius como programa para escribir partituras), hacen uso de software privado, y eso llega a presentar un paradigma sobre el por qué ciertas herramientas se están empleando para crear.

Otra chica asistente de la plática advirtió:

“Hay que mantener una visión de las cosas que están sucediendo en forma paralela, incluso en términos de estéticas. No solamente se trata de la presencia de las mujeres en el desarrollo de lo tecnológico o en la música, sino en qué estéticas están construyendo desde esa producción femenina. ¿Cómo está eso irrumpiendo con las lógicas de lo que ha sido la música hasta este momento, de lo que ha sido el arte electrónico, de lo que ha sido el desarrollo de la tecnología, y cómo eso está cambiando la percepción general del consumo, y como eso también conflictúa el consumo en otras esferas. A final de cuentas, cualquier expresión de contracultura en algún momento se convertirá en el mainstream, porque esa es la naturaleza cíclica de la cultura. Así, el entendimiento de lo que estamos produciendo y a dónde nos va llevar sería importante; algo que tenemos que tener consciente en este proceso.”

Acerca de la autora

Ofelia Negrete estudió matemáticas en UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) y tomó cursos de música en el CIEM (piano), en la Escuela de Música del Rock a la Palabra (especialidad en canto), clases particulares de producción musical y guitarra. Tomó varios talleres de música y lenguajes de programación en la facultad de ciencias y el CENART (síntesis, live coding, redes, música algorítmica y estocástica, música espectral, etc.) Ha dado charlas y conciertos de live coding, pláticas sobre matemáticas y sobre género en la Facultad de Ciencias del UNAM.

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